¿Qué pasó mientras
callé mi pecado?
Se envejecieron mis huesos: “Mientras mantuve mi pecado ante Dios “en secreto”, se envejecieron todos mis huesos. Tenerlo y cargarlo, era gemir todo el día, todo por no confesarlo.”—manifestó Eulogia aún con dolor. Su maestro, el sabio Gaudencio, le habló con amor: “No confesar a Jehová tu iniquidad, te traerá mucho mal” Cuetos del Reino; Daniel Aragón; “Me trae dolor no confesar mi pecado a Dios”; 03-05-2025.
Cargar uno con sus pecados, iniquidades, maldades y perversidades, no es jamás bueno. Ni para mi caminar por este mundo, ni para mi mente, mi espíritu ni mi cuerpo. Confesar tu pecado e iniquidad, primero ante Jehová y después es bueno hacerlo delante de otra persona al menos. Esto trae liberación y salud física, mental y lo esencial: espiritual. Todo este efecto se produce cuando obtenemos el perdón de Jehová por medio de Jesucristo de nuestras maldades. “Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.” Sal.32:3.
Padre, te confieso mi pecado y mi maldad cada día
Señor, opto por tus misericordias que son nuevas cada mañana. Te pido
dirección, sabiduría, entendimiento, consejo, prudencia y buen juicio. Capacidad para vencer el mal en mí y amar
tu verdad y tu Palabra. Para tu gloria y mi bien, en el nombre de Jesús, amén.
Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor
No hay comentarios:
Publicar un comentario