viernes, 15 de diciembre de 2017

El eterno Dios es tu refugio

¿Quién es nuestro eterno refugio y quien echa a nuestros enemigos?
Nuestro eterno Dios: “…Guárdame de la ingenua creencia de que en la vida todo debe salir bien. Otórgame la lucidez de reconocer que las dificultades, las derrotas y los fracasos son oportunidades en la vida para crecer y madurar. Envíame en el momento justo a alguien que tenga el valor de decirme la verdad con amor. Haz de mí un ser humano que se sienta unido a los que sufren. Permíteme entregarles en el momento preciso un instante de bondad, con o sin palabras. No me des lo que yo pido, sino lo que necesito; en tus manos me entrego. ¡Enséñame el arte de los pequeños pasos!”  Antoine de Saint-Exupéry, autor de "el Principito”; Parte de una oración en un momento especial de su vida.

Nuestra actitud al afrontar los constantes desafíos que nos ofrece este mundo afectado y caído, es, y debe de ser, la total y absoluta confianza en Dios.  Contamos con su ayuda, con su consejo, con sus milagros, con su revelación, con su fortaleza, con su paz, con su provisión, con su gozo y por supuesto: con su Amor.  Me ocupo mi Dios de servir a los demás, Tú te encargas de mí. Es un excelente dueto que en realidad en uno.  “El eterno Dios es tu refugio, y acá abajo los brazos eternos; Él echó de delante de ti al enemigo…” Det.33:27.

Padre, gracias porque me haces vencer en este mundo afectado al ser Tú mi refugio.  Nos conviertes en victoriosos, aún de nuestros propios errores y fallas y echas fuera a nuestro enemigo delante nuestra. Enséñame a amar más a nuestro prójimo al servir a los demás en sus necesidades. En el nombre de Jesús, amén. 

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