¿Qué debemos de
hacer con nuestras preocupaciones?
Ponérselas en las
manos de Dios: “Eustorgia
estaba conmocionada, se le notaba muy preocupada: “Sufro por Aureliano, no sé
si en realidad me ama tanto”—dijo casi sollozando. Su maestro, el sabio
Gaudencio le dijo meditativo: “Como una poción venenosa, vertida en nuestra
mente, es la preocupación: es cochambrosa. Fluye por los canales intrínsecos de
nuestros pensamientos, los destruye todos por completo hasta carcomerlos. No padezcas
de preocupación para ello, pon tu preocupación en las manos de Dios” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Pon toda
preocupación en las manos de Dios”; 01-03-2020.
La
preocupación divide: a- Los sentimientos; por lo tanto las emociones carecen de
estabilidad. b- La compresión: hace que las convicciones sean superficiales y
variables. c- La percepción: hace que lo que percibimos sea fallido y hasta
falso. d-La Capacidad de Juzgar: por tanto nuestras actitudes y decisiones con
frecuencia son injustas, conduciendo a daños y pesares. De ahí que vivir
preocupado conduce hacia la fatalidad, la preocupación es una variante del
temor. Por eso Dios nos dice: “Pongan
todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de
ustedes.” 1P-5:7 NTV.
Padre,
pongo todas mis preocupaciones y ansiedades en tus manos, cuida de mí para que
no me afecte ni enferme y mantén sanos
mis sentimientos, emociones, compresión, convicciones, mis actitudes y mis decisiones
en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el
Señor.
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