¿Cómo son todas
las obras que se hacen debajo de sol?
Vanidad y aflicción de espíritu: “Pudenciano simplemente no pudo soportarlo. Entró en tremenda depresión cuando se dio cuenta que todo el trabajo que hizo en años, podía quedar en la nada, igual que antaño. Sus empresas, sus condominios elegantes ubicados en las afueras. Todo ese imperio económico quién iba a tomarlo, quién iba a heredarlo. Sus hijos no estaban interesados, pero malgastaban todo el dinero que había ganado”—contó Auxencio con apesadumbramiento. Su maestro, el sabio Gaudencio le dijo con alegría esto: “Todo su trabajo, no tuvo provecho, eso pudo apreciarlo. Lo que ya está mal no puede corregirse y lo que está incompleto no puede recuperarse. Todo esto es motivo para sólo preocuparte.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “El fruto de las obras de este mundo: vanidad, preocupación, depresión”; 25-06-2023.
Cuando el ego sobresale en todas estas cosas que hacemos, al final, no hay para nada ningún provecho. ¿Qué queda de nuestra inversión en tiempo, dinero y esfuerzo? Tan sólo aflicción de espíritu. Por una razón fundamental: lo que has criado torcido, no se va a poder enderezar y lo que has formado incompleto, con ellos no podrás contar. Aprendamos de esta palabra, sobre todo con nuestros hijos, con nuestros amados discípulos de Jesucristo. “Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no puede contarse.” Ecl.1:14-15.
Padre,
que lo que construya no sean mis obras sino las tuyas, por tal motivo las obras de nuestras manos confirma Señor,
para que lo que construyamos sea tuyo y de provecho para nuestras vidas. En el
nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.