¿Cómo sabemos que
pasa el tiempo?
Sale el sol y se pone el sol: “Cada mañana puedo ver el amanecer. Exactamente sale el sol a la misma hora que ayer. Día tras día se levanta, camina: llega al centro y luego declina. Puedo notar que hoy lo mismo que ayer será, es como una repetición de lo mismo: amanecer, cenit, atardecer y vuelta a amanecer. Hoy es el mismo día que ayer”—se expresó Eufrosina con ansiedad y depresión. Su maestro, el sabio Gaudencio, le dijo con emoción: “Aparentemente es lo mismo, pero es muy diferente cuando llegas a Jesucristo. Hoy es un nuevo día, jamás lo has vivido, así que estrénalo porque es nuevecito” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Hoy es un nuevo día, vívelo intensamente llénate de vida”; 18-06-2023.
Quizás si observamos cómo el sol se levanta cada mañana y cómo llega cada día a su ocaso, para luego al día siguiente volver a encender el nuevo día y luego llegar al crepúsculo para apagar la bóveda de la enorme casa que es la Tierra, podría parecernos que la vida es una repetición constante de lo mismo. Pero en Cristo, esto no es así. Saboreamos y vivimos cada día. No sólo damos gracias y lo disfrutamos, sino también nos disponemos a servir. Cada día es diferente y Dios nos regala a diario un hermoso presente: el día. “Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta.” Ecl.1:5.
Padre,
gracias por hoy: veré cómo se levanta el sol y luego al final de la jornada
seré testigo de cómo el sol esconde su luz al anochecer. Pero, habré vivido intensamente Señor, para disfrutarlo y saber que Tú
en todo momento estás ahí, presente. Eres un regalo, como cada día de vida. En
el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el
Señor.
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