Restaurarlo: “Eulalio llegó
llorando; su maestro lo estaba esperando: “Fue algo avasallador, por mi mente
pasó y la obsesión por las drogas fue una constante. No estuve tranquilo hasta
que la consumí casi al instante. Pero bien no me sentí; no fue lo mismo, ya no
me divertí” –contó el joven alicaído. El sabio Gaudencio habló, esto fue lo que
le dijo: “Tranquilo, qué bueno que estás aquí arrepentido. Es una lucha la que
sucede en ti: mas oraré por ti para que seas anuente a lo que el Espíritu pone
en tu mente. Nos habla en esos momentos, nos advierte del peligro inminente; pero
nosotros no le escuchamos, porque estamos obsesionados. Eso a todo nos ha
pasado, en una u otra área en la que estamos debilitados” Cuentos
del Reino; Daniel Aragón; “Levantando al que cayó en el nombre del Señor”;
16-12-2018.
Nadie
que vea a su hijo aprender a caminar, y lo ve caer y golpearse se alegrará con
lo que le pasó y lo dejará en el suelo. Llegará, lo limpiará, lo sanará y lo
volverá a poner de pie. Esto sucede aun cuando ya han pasado los años y ves a
alguien amado caer. Cuando alguien cayó en aquello que muchas veces nosotros
somos fuertes, no terminemos de acabarlo; consideremos: demos nuestra
confianza, nuestro consejo, nuestra palabra de amor y de restauración. Demos lo
que ellos necesitan sin juzgarlos, condenarlos y aplastarlos; hacer esto último no es
amarlos. Date a la persona afectada por entero y verás cómo puedes en Cristo
restaurarlo. “Hermanos, si alguno fuere
sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con
espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas
tentado.” Gál.6:1.
Padre,
permíteme actuar siempre con el brazo extendido para levantar a mi hermano que
esté caído. Porque eso es lo que Tú
esperas que nosotros, los espirituales, hagamos, en el nombre de Jesús, amén. Tu
hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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