¿Por qué he de
alabar a Dios?
Porque no pasó por
alto mi oración: “Fue
Eulalio quien emocionado contó entusiasmado: “Yo pensaba que a mí Dios no me
escuchaba. Pero oré al Señor y le confesé mi error; le solicité perdón y que
escuchara mi petición. Él, ambas cosas me concedió”—dijo mientras elevaba una
alabanza a nuestro Dios. Su maestro se sonrió, así el sabio Gaudencio gozoso
exclamó: “Alaben la misericordia del Creador, su amor inagotable nos limpia de
toda falla, de todo error” Cuentos del Reino;
Daniel Aragón; “Dios jamás pasa por alto tu oración”; 09-05-2020.
En
Cristo Jesús, nos unimos a Dios como hijos de Él. Ese nexo es irrompible, por
tanto cada vez que nosotros oramos, nuestras palabras llegan no sólo al oído
del Señor, sino a su propio corazón. Jamás pasa por alto nuestra oración. Y
cuando hacemos como lo hizo el rey David, que le confesó su pecado y no se lo
escondió; nos acoge con misericordia y amor; y ese amor nos envuelve para
cubrirnos de muchísimos pecados. Por eso y más yo le alabo: “Alaben a Dios, quien no pasó por alto mi
oración ni me quitó su amor inagotable.” Sal.66:20 NTV.
Padre,
te alabo y te glorifico; porque tengo tu perdón y atención por tu sacrificio;
porque además soy tu amado hijo en Cristo, y porque tu amor eterno e inagotable jamás se separa de mí. Te bendigo y
te exalto en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz
día en el Señor.
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