Las
calma hasta convertirlas en susurros: “Eustorgia estaba emocionalmente alterada,
se expresó con voz quebrantada: “Estoy pasando una situación tormentosa, por más
que me esfuerzo sólo me arrastran las grandes olas. ¡Y estas vienen una tras
otra! ¿Qué hago maestro, para poder llegar a buen puerto?”—casi gritó
desesperada. El sabio Gaudencio le dijo de forma pausada: “Ponle el control de
tu nave al Señor. Él calmará la tormenta te lo aseguro, de modo que para ti sólo
será como un susurro y te llevará a puerto sana y segura” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Toda tormenta la calma el Señor”;
23-09-2020.
En este mundo afectado y caído, cada uno de nosotros en más de una ocasión ha sufrido momentos difíciles y duros. Parecen tormentas con olas gigantescas que toman el control del navío de nuestras vidas y lo elevan y bajan con peligro de zozobrar en medio de la mar. Pero tenemos al Señor de la creación, aquel que puede calmar la tempestad y convertir las olas del mar tormentoso, en aguas de bahía: como de piscinas. Y llevarnos como guía a puerto seguro mientras la tormenta es como un susurro. “Calmó la tormenta hasta convertirla en un susurro y aquietó las olas. ¡Qué bendición fue esa quietud cuando los llevaba al puerto sanos y salvos!” Sal.107:29-30 NTV.
Padre, te pido Señor que toda tormenta de mi vida la calmes, que aquietes las olas gigantescas y en aguas de lago calmo las conviertas. Así llévame luego al seguro puerto, donde tu palabra sea mi mapa y Cristo el capitán de mi vida, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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