¿Un
haber precioso del hombre?
La diligencia: “Simplemente admiro a Eustaquio, es muy responsable en su trabajo. Además, siempre labora con interés, cuidado y eficacia en todo lo que hace y siempre hace de más. Es rápido, pronto y ligero a la hora de hacer las cosas: bueno, todo lo hace con esmero”—comentó Eustorgia entusiasmada. Su maestro, el sabio Gaudencio, le dijo en forma alborozada: “Es que él es diligente, un don precioso de Dios que lo hace ser en todo eficiente” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Diligente: don precioso de Dios que te hace eficiente”; 01-02-2022.
Lo contrario de diligente es negligente.
Una persona negligente es indolente (que no siente dolor, ajeno a todo), esto
es: apática, floja y perezosa. Por tal motivo no termina aquello que ha
comenzado, no ve frutos; menos resultados. Dios desea que seamos diligentes en
todo, más, en obedecerle y creerle. “El
indolente ni aun asará lo que ha cazado; Pero haber precioso del hombre es la
diligencia.” Pr.12:27.
Padre, sea tu siervo diligente en todo,
que siempre ponga ese interés, ese deseo por hacer las cosas bien y con
excelencia. Que en todo actúe con esmero y calidad para tu gloria; en el nombre de
Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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