¿Qué
alma será prosperada?
El alma de los diligentes: “Conocí dos amigos: el primero tenía muchos planes y emprendía en su mente negocios, viajes y placeres. Mas hablaba y hablaba pero no trabajaba. El otro, no decía nada, pero muy de mañana se levantaba. Oraba, daba gracias en todo; servía, estudiaba y trabajaba arduamente en diligente modo. A los años, el que tenía los planes y no comenzaba, se encontró sin nada. El que laboraba solamente prosperaba y prosperaba”—contó con gozo de corazón Eulalio. Su maestro, el sabio Gaudencio le dijo con emoción: “El perezoso solo habla pero no alcanza nada. El diligente, alcanza y prospera eficientemente” Cuentos del Reino; “El diligente alcanza y prospera eficientemente”; 06-02-2022.
Son como idealistas en bancarrota: todo desean, todo planifican, todo alcanzarán; pero hay un serio e importante problema: nada de trabajar. Al tiempo, están como al comienzo. Mas no así los diligentes, quienes se proponen una meta y luchan calladamente por ella hasta verla coronar. En todo prosperan con facilidad. “El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada.” Pr.13:4.
Padre, que mi actitud sea siempre la de una persona diligente, que planifique,
visualice, proyecte y luego proceda a trabajar acuciosamente en el nombre de
Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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