sábado, 16 de noviembre de 2024

¿Con qué es amonestado tu siervo?

Con tus preceptos: “Y con estos maravillosos preceptos, este su siervo, es amonestado con ellos. Es como verme en un espejo, puedo mirar cuando estoy muy bien, pero también cuando algo en mí está feo.”—confesó Eustracio honestamente. Su maestro, el sabio Gaudencio, le expuso rápidamente: “Cuando estudias esos mandamientos, ves el bien que te trae al obedecerlos. Y las duras consecuencias que provoca el no hacerlo.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Gran bien hay al obedecer la ley de Jehová”; 12-11-2024.

Cuando uno lee estos cánones y se da cuenta que no ha cumplido con algunos de ellos, viene la tristeza, el decaimiento interno. En silencio, la Palabra de Dios te amonesta y esto te causa sosiego. Te sientes incómodo, te ves tan pequeño. Pides perdón y ayuda, porque sabes que en algunos de éstos, es imposible por nuestra cuenta obedecerlos. Pero con la ayuda del Espíritu de Dios, puedes llegar a guardarlos. Gran galardón hay cuando lo logramos. “Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón.” Sal.19:11.

Padre, tu Palabra tiene el poder de amonestarme cuando sé que no he podido cumplir con la misma. Me doy cuenta ahí que te necesito por dos razones: una para poder emprender el camino del bien y llegar a guardarla. Y dos: que me extiendas tu misericordia, gracia y perdón en Cristo Jesús, nuestro Señor. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.

 

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