¿De qué debe
preservarme el Señor?
De las soberbias: “Por eso a Dios le digo esta petición: Padre has conmigo sinergia, preserva a su siervo de toda soberbia. Que ella no se enseñoree de mí, por el contrario que sólo piense en ti.”—afirmó Decaulión a su maestro, de todo corazón. Su maestro, el sabio Gaudencio, le dijo con toda razón: “La soberbia es el pecado primigenio, es esencialmente egocéntrico. Si en todo lo llegas a dominar, serás íntegro, de toda rebelión estarás limpio.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Preserva a tu siervo de soberbias, haz conmigo sinergia”; 13-11-2024.
Llegamos a tener actitudes soberbias cuando: increpamos a Dios por las cosas que nos suceden. Cuando menospreciamos a los demás creyéndonos más importantes. Cuando nos quejamos de todo y por cada una de las cosas o personas. Cuando no obedecemos las orientaciones de nuestros superiores, ni aceptamos sugerencias de los demás. Cuando no queremos perdonar, o nos desesperamos por una determinada situación. En fin, cuando no queremos obedecer los perceptos de Jehová. “Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.” Sal.19:13.
Padre, perdona mis actitudes que puedan estar llenas
de soberbias, y haz que las mismas no se enseñoreen de mí. Para ello, dame de tu mansedumbre, de tu
humildad, para combatirlas mi Señor. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y
amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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