¿Qué le decimos
a Dios cuando ya no aguantamos la aflicción?
¡Despierta!: “Despierta por favor y no te duermas mi Señor. Porque ciertamente nos agobia la tristeza y el dolor, y nuestros enemigos sobre nosotros ejercen salvaje opresión. No escondas, por nosotros, tu rostro.”—fue una especie de oración que Eustaquio compartió, para reflejar qué dice cuando se siente muy mal. Su maestro, el sabio Gaudencio, le dijo sin más: “Aunque sabemos que Dios nunca duerme, la zozobra en que muchas veces nos encontramos, nos hace querer despertarlo.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Estamos mal mi Señor, despierta por favor”; 01-12-2025.
Les pasó a los apóstoles en la lancha durante la tormenta. Ellos le gritaron también: ¡Despierta! Y es que cuando las olas son altas y peligrosas y la barca en que uno va, se balancea de manera peligrosa, uno puede pensar que el Señor duerme. “Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no te alejes para siempre. ¿Por qué escondes tu rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra?” Sal.44:23-24.
Padre, ya una vez te pedí
gritando: ¡Despierta Señor!, porque ciertamente hay momentos de zozobra que en
el fondo de nuestro corazón, suplica por ayuda. Pero luego con el tiempo hay descanso, porque aprendemos
a conocerte y a saber que Tú ahí estás, y nunca te duermes ni nos abandonarás.
En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el
Señor.

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