¿De qué no debemos
de jactarnos?
Del día de mañana: “Eulampio era un tipo fatuo, tenía muchas casas en renta y otros negocios con muy buenas ventas. Por eso ante muchos afirmó con certeza: “Lo que vale son los reales (dinero)—dijo sacándose unos cuantos miles—este tiene el poder de decidir quién es quién. Yo lo tengo hoy y mañana más tendré. Es mi verdadero poder.”—una risotada sonora dio mientras mucho dinero al suelo tiró. Pero ese mismo día por la noche, un tremendo terremoto la ciudad sacudió y Eulampio al día siguiente se quedó sin casas y sin negocios. Todo su dinero guardado, sobre escombros quedó sepultado”—eso pasó con Eulampio señor. El maestro Gaudencio le expresó con ardor: “Se jactó del día de mañana sin saber qué le deparaba” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “No te jactes del día de mañana pues no sabes qué te depara”; 17-03-2023.
Somos propensos a creer que la realidad, normalmente cuando es buena, que estamos viviendo en esos momentos será eterna. Por eso, tendemos a presumir que será igual el día de mañana. O posponemos las cosas, o aseguramos que nada cambiará en nosotros para mañana. Como necios actuamos, cuando en realidad ni siquiera con terminar el día de hoy contamos. En esta vida afectada y dañada, cualquier cosa puede ocurrir mañana. Por tanto en realidad vivimos y actuamos en el día de hoy. Debemos pues afirmar: “sólo por hoy” “No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día.” Pr.27:1.
Padre,
que nunca me jacte del día de mañana, que no haga promesas futuras; sólo por
hoy puedo vivir en comunión contigo y en buena relación con los demás. Hoy es el día que Tú hiciste oh Jehová, hoy
es el que cuenta. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel
Aragón. Feliz día en el Señor.
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