¿Qué le dijo mi
alma a Jehová?
No hay para mí bien fuera de Ti: “Cuando oro, ante Dios me expreso así: Oh Jehová Dios, no hay para mí bien fuera de Ti. Porque ciertamente todo lo bueno que tengo, de Ti proviene mi Dios eterno. El bien que me has dado y el cual me apropio: el amor, gozo, paz, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio.”—confesó Eurasio a su maestro emocionado. Su maestro, el sabio Gaudencio, le dijo fascinado: “Hermosas palabras de amor y agradecimiento diriges ciertamente al Dios eterno.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “No hay bien fuera de Dios”; 21-08-2024.
Cómo no iba a agradar el rey David a Jehová, si sus confesiones describían confianza, cualidad y verdad delante de Dios. Cuando desde el fondo de nuestra alma (mente, emociones) tenemos la certeza (fe), de declarar que no existe para mí bien fuera de Jehová, expresamos lo siguiente: Confianza plena en Dios y además le reconocemos que el bien sólo proviene de Él. La naturaleza de Dios es el bien, es su esencia, su carácter, no cambia nunca. Creerlo y afirmárselo, es tocar su corazón. “Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti.” Sal.16:2.
Padre, mi corazón, mi alma, mi boca grita con
gigantesco eco: Eres mi Dios, mi Salvador, mi fortaleza, mi salud, mis fuerzas,
mi esperanza viva, mi recompensa, mi bienestar hoy, mi bendición total y
completa. Fuera de Ti no hay
para mí ningún bien. Todo lo bueno para mi ser, eres Tú amado Rey; en el nombre
de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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