¿Para quiénes son
los grandes galardones en los cielos?
¿Bienaventurados
los que son vituperados, perseguidos y tergiversados: “Eustaquio estaba
afectado, pues sabía que lo habían tergiversado. “Completamente me han
adulterado, todo lo que dije fue cambiado. Ahora me señalan de haber acusado a
alguien, cuando lo que dije fue, información de una fuente, y ésta la señalé y
anuncié. Y estas palabras usé: según tal y cual fuente, parece ser, tal y cual
cosa. De ser así, esto no puede ser, es lamentable y condenable. Y aún en mi
homilía aclaré: esperamos que los investigadores del caso, se pronuncien
oficialmente para que todos estemos claros”—le dijo a Gaudencio todo agitado. El
sabio le informó: “Eustaquio, bienaventurado sos. Predica, insta, exhorta a
tiempo y fuera de tiempo, pues más de alguno estará de ti diciendo mal, estará
mintiendo.” Cuentos del Reino; Daniel
Aragón; “Bienaventurado sos, cuando te vituperan por predicar la Palabra de
Dios”; 03-07-2018.
No
se trata de quedar bien con todo el mundo, ni de predicar lo que todos quieren
oír. El evangelio del Reino causa resquemor porque se predica lo que el
Espíritu de Dios te ha puesto en tu corazón. Puede que a algunos les guste, les
caiga bien. Puede que ellos sean tocados por el Espíritu y la Palabra de alguna
manera los toque y les haga reflexionar. Puede que no. Puede también provocarle
porque no es lo que él o ella esperaban. Y entonces traerá confrontación y
molestia. Pero dice su Palabra: “Bienaventurados
sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal
contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es
grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes
de vosotros.” Mt.5:11-12.
Padre
Tú mismo lo dijiste, que tu Palabra, tu evangelio, tu Reino, traería disensiones
y molestias. Que pueda yo soportar y
tomar a bien las críticas, los señalamientos, las provocaciones, las
acusaciones de los demás, porque es tu Palabra la que predico y enseño; y me
esfuerzo en practicar para tu gloria. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y
amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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