Por el Espíritu
Santo: “Es
este Eulalio, siempre anda por ahí murmurando, la verdad ya no lo aguanto. Le he
dicho mil veces, no hagás eso vas a terminar enredado, pero él siempre ni
siquiera se da por enterado.” –se quejó Eustaquio ante su buen maestro
Gaudencio. Este alzando su voz, así le aconsejó: “Debes de saber que nosotros
no tenemos para cambiar, ni hacer cambiar a otros, ningún poder. Conducta,
errores, lo que hablan, lo que oyen, lo que piensan, el desorden, el estado de
ánimo, lo que los demás escogen, los gustos, la música que oyen, la
ingobernabilidad, la impuntualidad, el vestir, la necedad, el chismorrear, los
gustos, la terquedad de los demás. Podemos
influenciar, pero sólo el Espíritu Santo puede transformar” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “La
transformación es ministerio del Señor”; 27-07-2018.
Cualquiera
de nosotros puede frustrarse al observar que por mucho que uno quisiera, no
puede cambiar la actitud de los demás. Bueno, no puedo cambiar ni la mía, es la
verdad. Así que no voy a pedirle a Dios que cambie a fulano o a mengana; no.
Oraré por él o ella para dejárselo en sus manos, eso sí. Pero también oraré
por mí para que sea Dios poniendo en mí el suficiente amor para perdonarle,
comprenderle y amarle tal como es; esto es, para que me transforme a mí. “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de
gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” 2Cor.3:18.
Padre,
yo mismo necesito ser transformado hacia tu imagen. Conmigo mismo tengo suficiente carga, para pretender cargar la
necesidad de cambio de otros. La verdad que ese no es mi papel, mi ministerio,
ese es el tuyo. Tú me has ordenado amarles, así como están. En el nombre de Jesús,
amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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