¿Qué debemos ser
los cristianos para el mundo?
Sal: “Eulalio fue quien
hizo la pregunta absurda, la pregunta burda: “Maestro Gaudencio, dígame, ¿Cómo
se le puede devolver el sabor a la sal, cómo puede volver adquirir su
salinidad?” El maestro lo quedó viendo, asombrado, callado. De pronto espetó su
respuesta a la pregunta necia. “La sal jamás pierde su salinidad, pero si un
día la perdiera y quieres su sabor devolver, sálala con la placenta de una
mula, y vas a ver”—le afirmó el educador. A lo que Aurelio añadió: “Pero
maestro, ¡las mulas no tiene placentas!” Gaudencio raudo le contestó: “Ni
tampoco tu pregunta necia, tiene una lógica respuesta” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Eres la sal del mundo: ponte a salar
y punto”; 04-07-2018.
Perdonar
a los que te ofenden, ayudar a los necesitados, reconocer tus errores, trabajar
por servir y no por ganar, tener paz en momentos convulsivos, responder bien
por el mal, o bendición por maldición. No actuar con violencia, ni física, ni
verbalmente. Cumplir con las metas y la mayoría de veces sobre cumplir. Agradecer en todo
momento, ver la vida desde la perspectiva Divina. Predicar la Palabra, compartirla,
enseñarla, promoverla. Eso es salar, dar sabor al mundo. Somos sal de esta
tierra, ¿acaso puede la sal perder su salinidad? Jamás, excepto si tú decides
no hacer lo que por Cristo y para Él, podemos hacer. “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere,
¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y
hollada por los hombres.” Mt.5:13.
Padre,
haz posible que no me desvanezca como la sal que me has puesto a ser en este
mundo. Que siempre tenga la humildad y
el amor para seguirte y servirte, que pueda dar el sabor de tu amor a este
mundo afectado, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón.
Feliz día en el Señor.
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