domingo, 28 de mayo de 2017

¿Qué debemos de hacer cuando estemos en angustias y desesperación?
Fortalecernos en Jehová nuestro Dios: “Gaudencio lo encontró llorando, completamente angustiado Eulalio se encontraba en el suelo, cabizbajo.  Apenas musitaba palabras, completamente fuera de sí exclamaba: “¡Por qué vivir, para qué existir! Es mejor no sentir, es más tranquilo morir.”  Agachándose el sabio le preguntó a Eulalio: “¿Qué te pasa camarada cuál es tu pena, dime cuál es tu problema?”  “Ya no tengo fuerzas, estoy abrumado por el dolor y el sentimiento de vergüenza: mi esposa me dejó porque nunca pude levantarme y al alcohol opté por entregarme.  Mis hijos me rechazan, mis negocios fracasan y por las deudas hasta perdí mi casa”.  Sonriendo el buen Gaudencio le confesó: “Casi lo mismo a mí me pasó—con esto Eulalio le puso atención—caí, como tú, en una brutal depresión.  Casi logro matarme, pero alguien me llevó a Dios, y decidí al Él entregarme.  Ahí con Él, en un momento a solas, recobré fuerzas y sin entender con mi razón sentí que el poder de su Espíritu me fortaleció.  Hoy recobré todo, lo mismo va a pasar con vos.”  Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Jehová es tu fortaleza, con Él recobras tus fuerzas”; 27-05-2017. 
 
Todos nosotros llegamos a tener momentos realmente duros y escabrosos.  En la angustia llegamos a sufrir tanto, que quedamos completamente agotados, sin fuerzas, con mucho quebranto.  Cuando así estemos, hagamos lo que el rey David hizo para encontrar la solución a su casi imposible conflicto: En Jehová su Dios se fortaleció.  “Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.”  1Sam.30:6.


Padre, gracias porque Tú eres nuestras fuerzas cuando no tenemos ninguna.  Eres el Consolador y solucionador de nuestras angustias.  Nos das la victoria sobre terribles situaciones y en Ti nos llega la victoria.  En el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón,  feliz día en el Señor. 

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