martes, 23 de mayo de 2017

¿Qué hacemos para ser perdonados, para no ser juzgados y no ser condenados?
Perdonemos, no juzguemos y no condenemos a los demás: “El mundialmente famoso psicólogo B.F. Skinner comprobó, mediante experimentación con animales, que premiando la buena conducta los animales aprenden más rápido y retienen con más eficiencia que castigando la mala conducta.  Estudios posteriores probaron lo mismo aplicado a los seres humanos.  Por medio de la crítica nunca provocamos cambios duraderos, y con frecuencia creamos resentimientos…El resentimiento que engendra la crítica puede desmoralizar empleados, miembros de la familia y amigos, y aun así no corrige la situación que se ha criticado”. Dale Carnegie, “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas” (1936); pág.11.

Aprender a perdonar a los demás sus errores, pecados y fallas es básico y necesario si queremos que las personas y nosotros aprendamos, mejoremos y nos encaminemos hacia el sendero del bien, del acierto y del éxito.  Si regañamos, ofendemos y señalamos, nada de lo criticado y juzgado se compondrá.  Sin embargo, ganamos mucho cuando exponemos a los demás cómo nos ha afectado a nosotros sus fallas, pero que esperamos y confiamos, porque perdonamos, que todo será mejor.  “No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.”  Lc.6:37.


Padre, nosotros somos los beneficiados cuando perdonamos, no juzgamos y no condenamos a los demás.  Porque esto nos trae verdadera paz y sabemos que sí así lo hacemos nosotros, cometedores de errores ante Ti  y los demás, seremos perdonados y no seremos juzgados ni condenados.  En el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón.  Feliz día en el Señor. 

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