¿Qué logra la
suave respuesta?
Aparta el furor: “Si
Al Capone, “Dos Pistolas” Crowley, Dutch Shultz (grandes asesinos de EUA), los
hombres y mujeres desesperados tras las rejas de una prisión, no se culpan por
nada, ¿qué diremos de las personas con quienes usted, lector, o yo, entramos en
contacto? John Wanamaker, fundador de
las tiendas que llevan su nombre, confesó una vez: “hace treinta años he
aprendido que es una tontería regañar a los demás. Bastante tengo con vencer mis propias
limitaciones…” La crítica es inútil
porque pone a la otra persona a la defensiva, y por lo común hace que trate de
justificarse. La crítica es peligrosa
porque lastima el orgullo, tan precioso de la persona, hiere su sentido de la
importancia y despierta su resentimiento”.
Dale Carnegie, “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas” (1936);
pág.10-11.
Lo peor es que
creemos que es necesario criticar, reprender y hablar muy fuerte a los demás
cuando tenemos la razón, o la justicia está de nuestro lado. Entonces señalamos, juzgamos y afectamos a
los demás. Si hacemos esto, el
resentimiento será el fruto de nuestro proceder. Mas la palabra amable, positiva y
gratificante; es constructiva, es edificante y cambia la actitud en los demás. “La suave respuesta aparta el furor, mas la
palabra hiriente hace subir la ira.”
Pr.15:1. (BLA).
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