jueves, 1 de febrero de 2018

Aceptar circunstancias y personas porque estás en Dios

¿Qué se nos hace muy difícil?
Aceptar las circunstancias, a nosotros y a los demás: “Por lo tanto nuestro primer problema es aceptar nuestras actuales circunstancias tales como son, a nosotros mismos tales como somos, y a la gente alrededor nuestro tal como es. Esto es adoptar una humildad realista... Esto es un ejercicio de aceptación que podemos practicar provechosamente cada día de nuestras vidas. Estos reconocimientos realistas de los hechos de la vida, siempre que evitemos por todos los medios convertirlos en pretextos poco realistas para la apatía o el derrotismo, pueden ser la base segura sobre la que se puede construir un mejor bienestar emocional y, por lo tanto, un más amplio progreso espiritual. Al menos, ésta parece ser mi propia experiencia.” William Wilson; “El Lenguaje del Corazón”; “¿Qué es la aceptación?”; pág.272.

Qué difícil es que podamos aceptar las circunstancias adversas.  Muchas veces no nos aceptamos ni nosotros mismos.  Y, ¿aceptar a los demás con sus actitudes, defectos y maneras de ser? ¡Qué va! El problema es que padecemos de un problema grave de fe. Si supiéramos que Dios es quien guía nuestra vida, el que nos lleva al crecimiento, el que nos usa y mejora tal y como somos. Entonces sabríamos que todo lo que nos está sucediendo, las personas con quien tratamos, todo, está dentro de su voluntad; por tanto, lo aceptaríamos.  Cristo nos dio ejemplo: “Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.” Mt.26:42.

Padre, permíteme poder entender y aceptar las circunstancias; que pueda aceptarme tal y como soy, permíteme aceptar a las demás personas tal y como son y poderlas amar y servirles porque esa es tu voluntad Señor, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario