Aún el enemigo
herido de muerte podrá levantarse y dañarte:“¿A
Dios necesito yo? —Aurelio se auto preguntó—¡Claro que no! Puedo ser un buen
ciudadano, un tremendo padre y un profesional de primera sin la ayuda de Dios y
la Iglesia” Los demás jóvenes quedaron absortos, mas Gaudencio contestó esto: “Lo
más común en nosotros, los que nos creemos poderosos, es el auto engaño. Nos encanta fantasear, creer en fábulas y
pensar que tenemos todas las respuestas. Mira qué le pasó al hijo del Dr.
Benjamín Spock, que pensó que para ser un buen padre no necesitaba a Dios. Él dijo, que las nalgadas en los niños deberían
de ser prohibidos, y qué le pasó a su hijo: ¡se suicidó!” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Sin Él nada podemos hacer”; 08-01-2018.
Cuando éramos
niños nos gustaba fantasear. Pensábamos
y nos imaginábamos que las cosas se resolvían por un acto poderoso de magia. Yo
me abstraía y mi imaginación volaba: Mis padres volvían, yo no me quedaba solo
y abandonado, nos encontrábamos con nuestras hermanas, vivíamos en una familia
unida. Todo eso se cumplió, pero fue cuando llegué al Señor. Ahora lo puedo ver, ninguna área importante
de mi vida: como padre, como profesional, como ministro, como ciudadano, etc.,
no puede ser construido sin Cristo. Sólo
Él puede hacer que en cada uno de ellos pueda verlo edificado para su gloria. “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el
que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí
nada podéis hacer.” Jn.15:5.
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