¿A quién bendice
el dar?
Al que da:“Delante
de Gaudencio, discutían Eulogia y Eulalio: “Pero si yo te ayudé, te di de mi
dinero, para que salieras a flote con tu primogénito”—le espetó Eulalio. “Y yo,
por un tiempo te di para que tus compromisos y obligaciones pudieras cumplir”—le
respondió la joven Eulogia. La discusión iba en aumento, por eso intervino el
sabio Gaudencio: “Cuando sacamos a los otros lo que le hemos ayudado, en un
momento de discusión, no trae a nuestros problemas ninguna solución. Por el contrario, las heridas se abren y los
daños más sobresalen. Deben de tener esto en consideración: Si he ayudado a
otros, a mí Dios me da su bendición. Yo fui quien se sintió mejor al dar sin
esperar nada, y sé que, por esto, mi vida por Dios será prosperada” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Da con
generosidad y prosperidad en tu vida verás”; 11-01-2018.
Una tendencia
necia nuestra, es querer siempre ser reconocidos por los demás que he dado y
ayudado a algún problema a solventar. Dar, me hace sentir bien a mí. Me da satisfacción, me gusta, pero también es
seguro: Me bendice. Así que, ¿por qué insistir en obtener algún crédito por lo
que he aportado? Ya sea con mis hijos, mi esposa, mis amigos, la Iglesia donde
asisto, el grupo que pertenezco, la organización donde soy miembro, o la
comunidad donde vivo y me muevo. Es mi obligación, y cumplir con ella me da
alegría y satisfacción. “El alma
generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado.” Pr.11:25.
Padre, que mi mano
izquierda no sepa lo que di con mi mano derecha. Ayúdame a poder dar y bendecir con alegría
sin esperar reconocimiento y sentirme víctima y frustrado, porque no se me
reconoce lo que he dado. La bendición ha sido mía y de ti ha venido
cuando yo he generosamente he dado, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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