A ti mismo (a),
pues tendrás bendición y paz: “Tú
puedes hacerlo Orquídea. Te puedes
regalar un único momento. Dejarás a un lado el egocentrismo y el egoísmo. Y pensarás
en ayudar… ¿a quién contiendes? NO, ¡a ti misma! Fíjate bien, te harás a ti un
favor por tu bienestar. Dejarás a un
lado tu enojo y malestar, y tendrás que ver en tu amado el mal que le afecta y
le afectará, y procurarás ayudar… ¿a él? No, a ti, a tu ser. Cuando le veas no
pienses en lo que te ha afectado, sólo míralo y dile lo mucho que lo has
extrañado y todo lo bueno que de él has pensado. No lo pienses, dale un abrazo
y largo beso apasionado. Dile cuánto le
has amado. ¡Ya verás los resultados! Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Date un
regalo de amor, perdónalo”. 16-01-2018.
Disposición para
ver la necesidad de quien necesita ser perdonado es requerido para perdonar. Pero,
contar con ese insospechado recurso interno que tenemos, el Espíritu Santo de
Dios en nuestro corazón, es esencial para saber que quien tiene más necesidad
soy yo al perdonar. O sea, mi contraparte tiene necesidad de que lo perdone,
pero yo tengo más necesidad para perdonarlo. Y darle un abrazo, un beso y el perdón
en ello, es más para mi bienestar que para quien se lo voy a dar. “Así diréis a José: Te ruego que perdones
ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto,
ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y
José lloró mientras hablaban.” Gen.50:17.
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