miércoles, 16 de octubre de 2019

Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad


¿Qué guarda el que guarda su boca?
Guarda su alma: “Orquídea decirle un acontecimiento a su maestro quería: “¿La verdad? Lo medité mejor, pues en realidad un chismorreo es lo que iba a decirte hoy. De tal manera, que mejor guardo mis labios para algo que en realidad valga la pena”—le confesó la joven. Su maestro, el sabio Gaudencio, le dijo sin miramientos: “Es lo mejor que has hecho, quien guarda su boca con calma, guarda en realidad su alma. Esto es una verdad, el que sabe a tiempo callar, se evita una calamidad” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Es una verdad, el que sabe cerrar sus labios evita una calamidad”; 16-10-2019.

Muchas veces nuestro ego se eleva en cualquier discusión, que en la gran mayoría de los casos ni siquiera vale la pena, para contestar cada vez más las palabras altas, y también las ofensas que esa gritadera genera. Otras veces, nos llega un cuento, un chisme que ni siquiera nos consta o no lo hemos verificado, pero lo tomamos por cierto y lo andamos contando. Y más de alguna ocasión sucede que consciente o inconscientemente proferí a alguien o a mí mismo una maldición, algo negativo, algo nocivo. “El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.” Pro.13:3.

Padre, te pido Señor que me enseñes a guardar mi boca, a abrir la boca sólo cuando tenga que decir algo mejor que el silencio; en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.

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