¿Cómo debe de ser
nuestro lenguaje?
Un lenguaje grato,
un lenguaje del corazón: “Fue el lenguaje sincero, las palabras efectivas que
tocaron mi vida cuando me las dijeron. Esto hizo que yo dejara el mal camino,
que mi vida cambiara y con ese cambio, cambió mi destino”—testificó Eustorgia
de corazón. Su maestro le dijo estas palabras lleno de emoción: “Es el poder
del lenguaje del corazón; tus dichos son gratos y llenos de verdad y hasta
dolor, por eso Dios lo usa para la conversión” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Dichos gratos con meditación del
corazón”; 02-10-2019.
Cuando
nos acercamos para ayudar a una persona que está en problemas o bien, que no
puede salir de una adicción o está en una terrible situación; lo menos que
desea, es que se le juzgue o se le acuse. Tampoco necesita una retahíla de
frases religiosas; lo que desea es oír dichos gratos y que estos dichos hayan
nacido de una meditación del corazón. Cuando hablamos con ese lenguaje del
corazón, entonces encontramos acogida y empatía, podremos pues ayudar y mostrar
la tabla de salvación que es nuestro Dios y Señor. “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón
delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.” Sal.19:14.
Padre,
permite que mis labios expresen palabras sinceras que deseen ayudar a quienes
están en situaciones duras, en conflictos internos o bien atados en adiciones
perniciosas. Que nunca juzgue, que no
señale, que no culpe: que pueda mostrar tu amor y como Tú me has podido ayudar, ayudar a otros en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano
y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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