jueves, 3 de octubre de 2019

Y la meditación de mi corazón


¿Cómo debe de ser nuestro lenguaje?
Un lenguaje grato, un lenguaje del corazón: “Fue el lenguaje sincero, las palabras efectivas que tocaron mi vida cuando me las dijeron. Esto hizo que yo dejara el mal camino, que mi vida cambiara y con ese cambio, cambió mi destino”—testificó Eustorgia de corazón. Su maestro le dijo estas palabras lleno de emoción: “Es el poder del lenguaje del corazón; tus dichos son gratos y llenos de verdad y hasta dolor, por eso Dios lo usa para la conversión” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Dichos gratos con meditación del corazón”; 02-10-2019.

Cuando nos acercamos para ayudar a una persona que está en problemas o bien, que no puede salir de una adicción o está en una terrible situación; lo menos que desea, es que se le juzgue o se le acuse. Tampoco necesita una retahíla de frases religiosas; lo que desea es oír dichos gratos y que estos dichos hayan nacido de una meditación del corazón. Cuando hablamos con ese lenguaje del corazón, entonces encontramos acogida y empatía, podremos pues ayudar y mostrar la tabla de salvación que es nuestro Dios y Señor. “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.” Sal.19:14.

Padre, permite que mis labios expresen palabras sinceras que deseen ayudar a quienes están en situaciones duras, en conflictos internos o bien atados en adiciones perniciosas. Que nunca juzgue, que no señale, que no culpe: que pueda mostrar tu amor y como Tú me has podido ayudar, ayudar a otros en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.

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