¿Qué hice con mis
enemigos?
Los eché fuera como lodo de las calles: “Dios me mostró mis defectos con detalle, a ellos y a mis enemigos los eché fuera, como se echa el lodo de las calles. Uno a uno los fui destruyendo, los molí como polvo delante del viento.”—testificó Eustacio con un entusiasmo marcado. Su maestro, el sabio Gaudencio, le dijo pausado: “Destruiste en ti lo que te afectaba con Dios para servirle mejor. Él a tus enemigos vencidos en tu mano te los entregó.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “A mis enemigos los fui destruyendo, los molí como polvo delante del viento”; 24-10-2024.
Nuestros principales enemigos son internos: desesperanza, falta de fe, dudas, miedos, traumas, inseguridades, debilidades, resentimientos, etc. Dios nos va mostrando uno a uno con detalle, y luego los vamos echando fuera, como se echa el lodo de las calles o de los desagües. A la par, Jehová nos entrega a los enemigos externos, a aquellos que nos aborrecen, envidian y quieren destruirnos. Bajo nuestros pies llegan a permanecer. “Y los molí como polvo delante del viento; Los eché fuera como lodo de las calles.” Sal.18:42.
Padre, me das fuerzas y me muestras mis errores,
defectos, pecados. A ellos
uno a uno voy destruyendo y acabando. A la par, Tú derrotas a mis enemigos
externos, para emprender las alturas y desarrollar tu ministerio; en el nombre
de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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