¿Qué a Dios le
pido, cuando estoy rodeado de enemigos?
Sálvame de la boca del león: “Me enfrenté a un enemigo, que tenía fuerza y poder, era además feroz y destructivo. También no actuaba solo, tenía otros aliados que eran imponentes y peligrosos. Poderes espirituales malignos que forjaron situaciones de horror y espanto, que sólo Dios, de ahí, puede sacarte a salvo.”—explicó Gualterio con mucho esmero. Su maestro, el sabio Gaudencio, le dijo con mucho acierto: “Te salvó de la boca del león, Jehová, el único y verdadero Dios” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Dios, sálvame de la boca del León”; 27-12-2024.
El rey David clama aquí para recibir el rescate de Jehová, de seres y fuerzas que a toda vista son aparentemente invencibles (el león y los cuernos del búfalo). Y esto nos enseña lo que interiormente sabemos: Dios nos rescata y salva incluso de amenazas mucho más grandes. Pero lo más importante, esta victoria se forja primeramente a lo interno. Cuando no logra el enemigo dañarte. “Sálvame de la boca del león, Y líbrame de los cuernos de los búfalos.” Sal.22:21.
Padre, esta súplica en Cristo y su más duro momento,
la respondiste cuando Él venció al pecado y la muerte, con su propia muerte.
Cuando resucitó con poder y gloria vemos tu intervención y su justa victoria. Fue además exaltado a lo sumo como hombre,
y le diste un nombre sobre todo nombre. Tú nos rescatas aún de las situaciones
más extremas, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón.
Feliz día en el Señor.
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