sábado, 4 de agosto de 2018

Sea mi oración como el incienso


Qué es lo que más deseo al orar y alabar a Dios?
Que suba mi oración como incienso y el levantar mis manos como ofrenda agradable: “Simplemente no sé cómo he de orarle a Dios.  Enséñeme Gaudencio, ¿cómo me he de presentar ante Dios?—preguntó con simpatía la joven Orquídea. El maestro contento, le dijo sonriendo: “Me gusta esa pregunta, porque es importante. Ante el Señor de todo corazón debes de presentarte. De manera que cuando le hables, dile cosas agradables, cosas que de su hija quiere oír un Padre. Como poesía, como canción, tú háblale al corazón. Que como incienso de olor agradable sea tu oración. Y cuando levantes tus manos, sean esta como una ofrenda de la tarde” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Sea tu oración como incienso agradable” 03-08-2018.

Cosas maravillosas pasaron bíblicamente durante el sacrificio de la tarde. Es que ha significado que con Dios has estado desde la mañana y todo el día. Esdras tuvo angustias y oro al Señor hasta el sacrificio de la tarde, Pedro y Juan levantan al paralítico por la tarde, Zacarías, el padre de Juan el Bautista, habla con el ángel durante la hora del sacrificio de la tarde y finalmente Cristo entrega su vida como ofrenda de la tarde. Nosotros desde la mañanita o a cualquier hora del día, oremos de corazón y con sinceridad al Señor. Demos gracias. Démosle el regalo de nuestra alma agradecida y levantemos nuestras manos en señal de total entrega de nuestra vida. “Suba mi oración delante de ti como el incienso, y el levantar mis manos como la ofrenda de la tarde.” Sal.141.2.

Padre, levanto mis manos para adorarte y exclamarte: gracias mi Dios, por tu gran amor, por la bendición de hoy, por todo aquello que me has dado. Porque por tu sacrificio me diste salvación y entrada a tu Reino de amor. En el nombre de Jesús, amén, Señor. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.

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