Temblar y no pecar: “Vienen a mi mente reflexiones, sobre la Palabra y su aplicación diaria. Lo hago durante el día y cuando me voy a la cama. Me quedo largo tiempo en silencio, hago un autoexamen de mi diario comportamiento. Y con aquello que he errado me encuentro, y luego practico en mi mente la mejor forma para no hacerlo.”—confesó Eustacio, con rostro serio. Su maestro, el sabio Gaudencio, le habló al respecto: “Con amor y temor de Dios, te examinas hoy. Para evitar le pecado, el error. Y qué bueno que a diario puedas meditar en tu corazón.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Con temblor, meditaré para no pecar hoy”; 29-04-2024.
Qué importante es hacerse un diario inventario del día. Meditar sobre nuestro actuar ante las diversas situaciones. Sobre todo, en aquellas que nos parecen adversas y donde nos enojamos, ofendimos y nos dañaron. ¿Cómo respondimos? ¿Fue adecuado a la Palabra de Dios? ¿Fue mi ego quien sobresalió o se molestó? ¿Pude humillarme a mí mismo? ¿No abracé el daño ni la herida? Todo esto mientras estamos en silencio. “Temblad, y no pequéis; Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Selah” Sal.4:4.
Padre,
con reverencia y admiración a Ti meditaré y reflexionaré cada día sobre mi
actuar. Aún en mi cama lo haré, y en
silencio te pediré: o perdón por haber hecho mal, o fuerzas para responder a
los agravios sin pecar. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel
Aragón. Feliz día en el Señor.
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