lunes, 29 de enero de 2018

La culpa, ese nefasto sentimiento que angustia

¿Cómo puedo liberarme de la culpa?
Declarando mi pecado al Señor o ante otra (s) persona (s): “Me siento mal, no sé si me pueda perdonar. He dañado, he maltratado, he herido a mi mejor amigo.  Lo he desilusionado. Me dijo cosas importantes sobre finanzas, me manifestó su confianza, ¿y qué hice? Divulgué esa información y cuál fue el resultado: lo corrieron de su trabajo”—confesó angustiado Aureliano. El sabio Gaudencio lo escuchó con atención y así se expresó: “Lo que ahora padeces sin duda, se llama culpa.  La culpa es ese sentimiento negativo que sientes, por una acción nefasta voluntaria o negligente, que ha causado daños a terceros. La culpa es señalamiento interno y la única manera de liberarse de ella es confesar lo que hiciste a Dios o a otra persona, y luego pedir perdón y reparar el daño que has causado” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Al confesar nuestras faltas, nos liberamos de la culpa nefasta”; 28-01-2018.

Esa limpieza interior, qué necesaria que es para nuestra salud emocional, psíquica y física. Hay tantas cosas que nos agobian: Complejos, traumas, manías, deseos ocultos, defectos, acciones malévolas, odios, resentimientos, amargura, etc. Cuando logramos confesar esto delante de Dios o de otra persona, y le pedimos perdón al Señor, nos arrepentimos de eso, Él nos libera de esa transgresión perdona la maldad de nuestro pecado.  Ahí somos de la culpa liberados. “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah” Sal.32:5.

Padre, sólo Tú puedes provocar en nosotros ese deseo de confesar nuestra maldad a Ti o a otra persona delante de Ti. Que siempre esté dispuesto a declarar mis pecados, defectos e iniquidades.  Que siempre pueda pedir perdón y tratar de enmendar mi error. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor. 

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