domingo, 14 de enero de 2018

Prestos a oír, tardos en hablar

¿Cómo debemos de actuar en una conversación?
Prestos a oír, tardo para hablar y enojarnos: “La mayor parte de las personas no escuchan con la intención de comprender, sino para contestar.” Stephen R. Covey; Los 7 hábitos de la gente eficaz, Paidós, Barcelona, 1992, p. 276.

Ese es nuestro principal problema.  No escuchamos para meditar y reflexionar acerca de lo nos están diciendo.  No escuchamos con la intención de comprender a la persona que nos está exponiendo algún problema, y más si el mismo tiene que ver conmigo.  No. Nuestra atención y escucha se produce con el objetivo de poder contender, de querer contraargumentar, de intentar aplastar los argumentos proferidos por la otra persona.  Lo hacemos de manera airada y que le quede muy claro que no somos lo que ella dice, que si le he herido o atacado ha sido por defensa y que su actuación me ha servido de base apologética para justificar mi mal actuar. Pero esto no debe de ser así, ni tampoco trae nada constructivo. “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.” Sgo.1:19-20.

Padre, realmente debemos de aprender a escuchar con el objetivo de atender la queja o súplica que la otra persona desea expresarme al querer comunicarse conmigo.  Que mi actitud sea escuchar y no tratar de defenderme a costa de ni siquiera dejar hablar a mi contraparte. Que pueda comprender, entender y que mi contestación sea reflexiva, amable y basada en tu Palabra, en el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón.  Feliz día en el Señor. 

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