¿Cómo logramos no
tener sed jamás?
Si tomamos de la
fuente de agua que Jesucristo tiene para vida eterna: “¿Por qué hablar
de lo que necesitamos o deseamos? Eso es
infantil. Absurdo. Claro está que a
usted le interesa lo que necesita o desea.
Esto le interesa eternamente. Pero
a nadie más le interesa. Los demás son
como usted o como yo: les interesa lo que ellos desean o necesitan. De
modo que el único medio que disponemos para influir sobre el prójimo es hablar
acerca de lo que él quiere, y demostrarle cómo conseguirlo” Dale Carnegie; “Cómo
ganar amigos e influir sobre las personas”; 1936; pág. 20.
Dos
aspectos importantísimos a tomar en cuenta en nuestros mensajes (para la
familia, trabajo, iglesia, comunidad): El primero es que debemos de hablar de
temas que las personas quieran o deseen; y, el segundo: demostrarle cómo lograr
obtener eso que quieren o desean. Existen
muchísimos tópicos que a todos nos interesan y son innumerables: vencer
angustias, temores, miedos, traumas, complejos.
Obtener: éxito, alegría, paz, amor, confianza, sanidad; etc. Jesucristo nos ha dado ejemplo: “Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que
bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo
le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una
fuente de agua que salte para vida eterna.”
Jn.4:13-14.
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