¿Cuál es el origen
de mi angustia?
Mi dependencia
producto de mis exigencias: “Si analizamos toda inquietud que
sentimos, las grandes y las pequeñas, encontraremos en su origen alguna
dependencia malsana y la exigencia malsana derivada de esta dependencia. Abandonemos, con la gracia de Dios, estas
exigencias obstaculizadoras. Entonces nos veremos liberados para vivir y para amar;
…” Bill
Wilson; “El Lenguaje del Corazón”, pág. 238.
“Las
cosas se hacen como yo mando, como yo digo.
Y tendremos los resultados que yo espero”. Esta frase resuena en mi cabeza de manera
constante. Porque nuestro temperamento,
unido a nuestro egocentrismo, siempre tratará de manipular todas las cosas,
personas y hasta circunstancias, a mis exigencias. Ahí abro la puerta a numerosas
dependencias. Todas ellas basadas en mis
exigencias malsanas. Porque no hemos
aprendido a dejarnos guiar por Dios; y, tener la plena confianza que las
circunstancias, personas y cosas, están en las manos de Dios y no de mí. Así lo que suceda, de alguna manera me
conviene, pero sobre todo, ello se encamina hacia los propósitos del Señor. Cristo mismo nos dio ejemplo de esto: “Y él se apartó de ellos a distancia como
de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres,
pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le
apareció un ángel del cielo para fortalecerle.”
Lc.22:41-43.
No hay comentarios:
Publicar un comentario