¿Cómo se corrige
el pecado?
Con misericordia y
verdad: “Un
discípulo del maestro zen Bankei fue atrapado robando durante la clase. Todos
los demás pidieron que se le expulsara, pero Bankei decidió no hacer nada. A los pocos días el alumno volvió a robar, y
el maestro continuó callado, Desconformes, los otros discípulos exigieron que
el ladrón fuera castigado, porque ese mal ejemplo no podía continuar. -¡Cuán
sabios son ustedes! -dijo Bankei. -Aprendieron a distinguir lo correcto de lo
incorrecto, y pueden estudiar en cualquier otro lugar. Pero este pobre hermano
no sabe qué es lo que está bien o lo que está mal, y sólo me tiene a mí para
que se lo enseñe. Los discípulos nunca
más dudaron de la sabiduría y generosidad de Bankei, y el ladrón nunca más
volvió a robar.” Paulo Coelho, Reflexiones Diarias; “EL ALUMNO LADRÓN”.
En
la cultura oriental encontramos sabiduría para enfrentar y corregir hechos que están
mal. Nosotros tenemos mucho que aprender
de ellos. Porque no es usar espada,
gritos, órdenes; ni es molestándose, expulsando, aislando o maltratando a una
persona para querer corregirla. NO es
así que ella logrará tal corrección. Es cuando
adquirimos el temor de Jehová que nos apartamos del mal. Esto es un don de Dios, no nuestro. Por eso debemos usar misericordia, combinada
con la Palabra de Dios. “Con
misericordia y verdad se corrige el pecado, Y con el temor de Jehová los
hombres se apartan del mal.” Pr.16:6.
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