¿De qué también
tenemos consecuencias?
Aún de nuestra
indiferencia: “4.
Camino por la calle. Hay un pozo en la vereda. Le paso por el costado. Luego,
después de pasar, escucho que alguien grita -debe haberse caído en el pozo. La
calle quedó clausurada, y ya no pude seguir adelante.” Paulo
Coelho, Reflexiones Diarias; “Las cinco actitudes diferentes”; pág.70.
Es
común que nosotros, habiendo aprendido en base a experiencias pasadas, no
queramos compartir o ayudar a otros en una problemática o situación de la cual
nosotros hayamos salido. Nuestra indiferencia
y nuestra falta de servicio y de ayuda a los demás, tiene un precio para
nosotros de una u otra manera. Porque
Dios (quien pesa los corazones), sabe que, si alguien cae en un pozo que yo ya
caí, pero que no advertí a otros del peligro del mismo, de alguna manera
también me va a afectar a mí. Por eso,
brinda tu consejo, tu testimonio, advierte, alerta y redarguye en todo tiempo. “Porque si dijeres: Ciertamente no lo
supimos, ¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, Y
dará al hombre según sus obras.”
Pr.24:12.
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