¿Dónde se debería
producir la verdadera liberación?
Dentro de
nosotros: “Aurelio
se sentía insatisfecho, por eso gritó a los cuatro vientos: “¡¡Qué!!, ¡aquí yo
debería ser el rey! ¡Yo sí soy un conquistador!
¿Quién pues me pudo detener cuando en ofensiva estaba? ¿Quién de todos
ustedes no sabe que era el que primero llegaba? Ahora, ¿ustedes van a decirme
cómo he de comportarme, cuándo debo de callarme y cuándo debo de sentarme? ¡Ustedes
no tienen el derecho moral de detenerme en nada!”—dijo mientras un montón de
improperios soltaba. Pero en la reunión
estaba Gaudencio, así que le dijo sereno: “Aurelio, debes de tratar de
calmarte. Debes de aprender
controlarte. Es mejor quien tarda en
airarse, que cuatro hombres tratando de dominarte. ¿Qué tipo de conquistador eres, que aún no
conquistas tu espíritu? No sólo se trata
de conquistar una ciudad, sino también que puedas conquistar tu serenidad” Cuentos del Reino; Daniel Aragón, “Mejor es
controlar nuestras emociones que conquistar naciones”; 28-11-2017.
Las
soluciones a nuestras adicciones, a la soledad, al temor, a la ira, a sentirnos
víctimas de las situaciones, al miedo y terror a fracasar y emprender algo
mejor, a la humillación, a la vergüenza, a superar el error, a la desilusión, a
la traición, a la oscuridad, a la lujuria, a la codicia, a la vanidad, al
reduccionismo, al radicalismo, al odio, a la falta de perdón, al resentimiento,
a todo lo malo que hay en nosotros; esas soluciones no se encuentran afuera de
nosotros, tienen que efectuarse dentro de nosotros. Y para poder ser
conquistadores de nosotros mismos, la verdad es que no podemos solos, se
necesita la ayuda, guía, fe y poder de nuestro Señor Jesucristo. “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su
espíritu, que el que toma una ciudad.” Pr.16:32.
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