¿Cómo es que Dios
es nuestra fortaleza y escudo?
A través de una
relación de amor: “Tú
que sirves al Señor con fervor, dime; ¿qué has encontrado?, ¿qué has conseguido
con esa relación?”—preguntó animado el joven Eulalio. Su amigo Eustaquio lo
escuchó y meditando su pregunta a viva voz contestó: “He encontrado con certeza
un amigo fiel, es mi fortaleza. En los
momentos de angustia Él es mi refugio. Me ha sabido guiar y aconsejar para el
éxito en toda empresa alcanzar. Y por
supuesto: en todo momento me ha dado la paz” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Sabiduría, paz y fortaleza
espiritual en Dios encontrarás”; 07-11-2017.
Cuando
establecemos esa relación con nuestro Dios, a través de su Palabra, del
servicio y de la oración; vamos conociéndole y por medio de ese hermoso
conocimiento de su persona encontramos que: Hemos adquirido una fortaleza para
enfrentarnos a nosotros mismos y nuestros problemas que no es la propia. Encontramos en nosotros una sabiduría más
allá de la media o la capacidad normal. Pero,
sobre todo, obtenemos una paz interna, duradera y constante. Es algo sensacional: Paz espiritual. “Jehová es mi fortaleza y mi escudo; En él
confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi
cántico le alabaré. Jehová es la fortaleza de su pueblo, Y el refugio salvador
de su ungido.” Sal.28:7-8.
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