¿Qué pasará si
dejamos las cosas para más tarde?
Nuestra ruina y
desgracia vendrán: “Es que aún no siento que debo de tomar ese
empleo. Si yo sintiera que debo de
hacerlo, ya lo habría hecho. Por eso lo
haré hasta que sienta hacerlo”—le dijo Eulalio a Gaudencio el sabio. Éste le contestó despacio: “No me vengas con
excusas necias, el sentir trabajar está ligado a tus creencias. Si Dios y su Palabra están en ti, sabrías que
Él te exige trabajar, crear y producir. Es
de negligentes y perezosos postergar las cosas en las que debes de actuar. Si actúas
así, la ruina y desgracia te vendrán” Cuentos
del Reino; Daniel Aragón; “La procrastinación, no le agrada al Señor”;
20-11-2017.
Científicamente
se llama: Procrastinación (del latín procrastinare: pro, adelante, y crastinus,
referente al futuro). Es un acto
volitivo (de tu voluntad) en la cual existe postergación o posposición de
retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por
otras situaciones más irrelevantes o agradables. Es considerado un trastorno,
la persona siente al querer realizar la tarea: miedo, terror, dolor o
incomodidad. El término se aplica comúnmente al sentido de ansiedad generado
ante una tarea pendiente sin tener una fuerza de voluntad para concluirla. El
acto que se pospone puede ser percibido como abrumador, desafiante,
inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido; es decir, estresante, por
lo cual nos justificamos y lo posponemos a un futuro idealizado, en que lo
importante está supeditado a “lo urgente”. “El
perezoso no ara a causa del invierno; Pedirá, pues, en la siega, y no hallará.” Pr.20:4.
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