¿Qué debemos de
hacer contra la adversidad?
Tenerla por sumo
gozo: “A
eso de caer y volver a levantarte, de fracasar y volver a comenzar, de seguir
un camino y tener que torcerlo, de encontrar el dolor y tener que afrontarlo. A
eso no le llames adversidad, llámale sabiduría.
A eso de sentir la mano de Dios y saberte impotente, de fijarte una meta
y tener que seguir otra, de huir de una prueba y tener que encararla, de
planear un vuelo y tener que recortarlo, de aspirar y no poder, de querer y no
saber, de avanzar y no llegar. A eso no le llames castigo, llámale enseñanza…” Tomado del poema Anónimo: “A Eso”.
“La
adversidad nos presenta con nosotros mismos”—dijo cierto poeta. Y es que sólo con ella nos damos cuenta de
quiénes somos realmente. ¿Nos disgusta
cuando las personas no hacen lo que uno espera de ellos? ¿O, nos quejamos y conmiseramos porque nos
pasó tal o cual fatalidad? ¿Y si erramos, será por la adversidad? Pero al fin, qué es adversidad: se refiere a
algo o alguien que resulta contrario u opuesto, desfavorable o enemigo.
Sinónimos: infelicidad, desdicha, desventura, fatalidad, desastre, accidente,
tribulación, dificultad, problema, tener mala pata. Pero como ves, todo eso es
una opción nuestra, si la tomamos así, o lo vemos como una oportunidad para
enderezar nuestro carácter. “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os
halléis en diversas pruebas,” Sgo.1:2.
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