¿Qué le sucede al
que ama el dinero?
Nunca se va a
saciar: “No
conoces que padeces la opinión que tienes de la pobreza, y no la pobreza que
tienes. Eres pobre porque te parece que
lo eres … “Moléstame la pobreza”, la pobreza no molesta sino al que no sabe con
ella ser rico. Epicuro dijo: Si quieres
ser rico, no añadas dinero, quita codicia. “Soy pobre”, de lo necesario ninguno
es pobre, de lo superfluo ninguno es rico... Dijeras verdad si dijeras: Yo me
hago pobre, no porque no tengo mucho, sino porque no me contento con poco...A
tí parece mucho, á él poco, pues desea más.” Obras de Francisco Quevedo
Villegas 1859; poeta español.
La
codicia, ese deseo insaciable por poseer muchas cosas, especialmente bienes y
riquezas, es un mal que de alguna u otra manera llevamos dentro. Los anuncios
de venta de artículos, de préstamos, de tarjetas de crédito, etc., se enfocan
en tocar esos delicados filamentos internos nuestros, de la codicia. En este
mundo afectado, todo se te muestra para hacerte pensar que eres pobre y que
necesitas siempre más. Pero no es así,
cuando sirves y tú a los demás te das, entonces eres rico. “El
que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no
sacará fruto. También esto es vanidad.”
Ecl.5:10.
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