El amor: “El amor es
siempre positivo y constructivo. No tolera el negativismo. Debe ser dado y
recibido sin condiciones, sin reservas, sin ataduras. Cuando amemos, vamos a
ver en los demás lo que queremos tener en nosotros mismos. Sabremos que el amor
es un privilegio que nos ha dado Dios. Cuando amemos, nunca nos aburriremos con
la vida... Esto nos muestra que las cosas que cuentan nunca se llevan en la mano,
pero siempre en el corazón.” William
Wilson; “El amor”; Lo Mejor del Grapevine [Vol. 3], pág. 297.
El
amor contiene fe, esperanza y entrega de uno mismo. Tiene los elementos
espirituales necesarios (Fe y Esperanza) para lograr algo, pero a éstos se le
añade la práctica, la espiritualidad. Por eso es siempre positivo, jamás es
negativo. Es constructivo en sí mismo, siempre está edificando a diario. No
pide, da. No exige, se entrega. No se
excusa, siempre cumple. Para el amor nada es imposible. Se construye sobre
decisiones, actitudes y edificaciones que dan vida, pues están basadas en Dios
y su Palabra. Estamos tan lejos de amar, como de ser como Jesucristo. Porque Dios es amor. Y Él quiere que aprendamos a amar y nos ha de
llevar a crecer hasta su propia estatura. “Y
ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de
ellos es el amor.”
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