El justo que da y no detiene su mano: “Venustiano sólo vivía reclamando. Para todo lo que hacía, dinero exigía. Además, siempre quería más y más. También, deseaba todo aquello fastuoso y extravagante, costoso y elegante. Pero Venustiano tenía un hermano, Eustracio. Él siempre estaba a los demás ayudando. Y cuando alguien tenía necesidad, Eustracio daba más y más. Uno codiciaba, el otro daba. ¿A qué se debe esto maestro?”—preguntó Eulogia con interés. Su maestro, el sabio Gaudencio le dijo sin doblez: “El que da es una persona justa y cristiana. El que codicia es alguien que a sí mismo se daña” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Quien todo codicia vivirá en la ruina”; 26-10-2022.
La
codicia es el deseo impetuoso por obtener bienes y riquezas a toda costa.
Considera el tener estas cosas como lo más importante y para esta persona, los
bienes, el dinero y la riqueza serán su dios. Normalmente irá a la ruina y la
desgracia. Lo contrario de la codicia es quien da y está desprendido de las
cosas materiales. Su mano ayuda y bendice con alegría, este por supuesto,
siempre tendrá para dar. “Hay quien todo
el día codicia; Pero el justo da, y no detiene su mano.” Pr.21:26.
Padre, que mi actitud, deseo y complacencia, sea el de dar con responsabilidad. Bendecir, ayudar, levantar, fortalecer, rescatar. Que mis manos que dan, nunca estén vacías Señor, para que Tú seas glorificado en ello, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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