martes, 21 de noviembre de 2017

La oración, un bien para nosotros

¿Si la oración nos libera de males, por qué dejamos de orar?
Por rebeldía, por comodidad, por confiarnos: ¿Ya has orado ante tu situación?  ¿Le has puesto todo esto en manos del Señor? —preguntó interesado Gaudencio.  Eulalio respondió casi de inmediato: “¿Por qué he de hacerlo?  ¿Es que acaso no puedo este problema resolverlo? ¿No le veo ninguna ciencia hacerlo?”—contestó de forma irónica el joven.  “Escucho ironía en tu forma de contestar, eso es señal de rebeldía para no querer orar. Una peligrosa forma de pensar y actuar.  Sigue así, y te he de ver luego llorar” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Las excusas para no orarle al Señor”; 21-11-2017. 

Muchas veces no oramos por nuestra necia rebeldía corrosiva. O bien, porque estamos cómodos con las bendiciones que Dios nos ha dado, entonces nos preguntamos; ¿para qué afectarlo?  Otras veces no lo hacemos por confiados.  Creemos que por esta vez no es necesario. Así vamos llegando de una mala situación, a una situación peor.  Hasta que de pronto sentimos que hemos caído a un precipicio, y nos hemos aferrado con una mano a una rama o un pedazo roca saliente para no precipitarnos.  Entonces oramos. “Cuando los Sidonios, los Amalecitas y los Maonitas los oprimían, clamaron a Mí, y Yo los libré de sus manos.” Jue.10:12. (versión NBLH: Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy).

Padre, Tú nos has ordenado que oremos en todo tiempo y lugar.  Esto es que toda situación que tengamos, la pongamos en tus manos.  Que la oración siempre fluya entre Tú y nosotros, pues sabemos lo bueno que hay cuando así lo hacemos, en el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario