miércoles, 29 de noviembre de 2017

La solución debe de darse dentro de vos

¿Dónde se debería producir la verdadera liberación?
Dentro de nosotros: “Aurelio se sentía insatisfecho, por eso gritó a los cuatro vientos: “¡¡Qué!!, ¡aquí yo debería ser el rey! ¡Yo sí soy un conquistador!  ¿Quién pues me pudo detener cuando en ofensiva estaba? ¿Quién de todos ustedes no sabe que era el que primero llegaba? Ahora, ¿ustedes van a decirme cómo he de comportarme, cuándo debo de callarme y cuándo debo de sentarme? ¡Ustedes no tienen el derecho moral de detenerme en nada!”—dijo mientras un montón de improperios soltaba.  Pero en la reunión estaba Gaudencio, así que le dijo sereno: “Aurelio, debes de tratar de calmarte.  Debes de aprender controlarte.  Es mejor quien tarda en airarse, que cuatro hombres tratando de dominarte.  ¿Qué tipo de conquistador eres, que aún no conquistas tu espíritu?  No sólo se trata de conquistar una ciudad, sino también que puedas conquistar tu serenidad” Cuentos del Reino; Daniel Aragón, “Mejor es controlar nuestras emociones que conquistar naciones”; 28-11-2017.

Las soluciones a nuestras adicciones, a la soledad, al temor, a la ira, a sentirnos víctimas de las situaciones, al miedo y terror a fracasar y emprender algo mejor, a la humillación, a la vergüenza, a superar el error, a la desilusión, a la traición, a la oscuridad, a la lujuria, a la codicia, a la vanidad, al reduccionismo, al radicalismo, al odio, a la falta de perdón, al resentimiento, a todo lo malo que hay en nosotros; esas soluciones no se encuentran afuera de nosotros, tienen que efectuarse dentro de nosotros. Y para poder ser conquistadores de nosotros mismos, la verdad es que no podemos solos, se necesita la ayuda, guía, fe y poder de nuestro Señor Jesucristo. “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.” Pr.16:32.

Padre, no puedo conquistar mi espíritu, menos una ciudad o a los demás. Pero en Cristo Jesús y con tu Santo Espíritu soy más que un vencedor, porque puedo vencerme a mí mismo y que se produzca en mi interior esa divina transformación, en el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor. 

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