lunes, 27 de noviembre de 2017

Somos pobre cuando no sabemos dar

¿Qué le sucede al que ama el dinero?
Nunca se va a saciar: “No conoces que padeces la opinión que tienes de la pobreza, y no la pobreza que tienes.  Eres pobre porque te parece que lo eres … “Moléstame la pobreza”, la pobreza no molesta sino al que no sabe con ella ser rico.  Epicuro dijo: Si quieres ser rico, no añadas dinero, quita codicia. “Soy pobre”, de lo necesario ninguno es pobre, de lo superfluo ninguno es rico... Dijeras verdad si dijeras: Yo me hago pobre, no porque no tengo mucho, sino porque no me contento con poco...A tí parece mucho, á él poco, pues desea más.”  Obras de Francisco Quevedo Villegas 1859; poeta español.

La codicia, ese deseo insaciable por poseer muchas cosas, especialmente bienes y riquezas, es un mal que de alguna u otra manera llevamos dentro. Los anuncios de venta de artículos, de préstamos, de tarjetas de crédito, etc., se enfocan en tocar esos delicados filamentos internos nuestros, de la codicia. En este mundo afectado, todo se te muestra para hacerte pensar que eres pobre y que necesitas siempre más.  Pero no es así, cuando sirves y tú a los demás te das, entonces eres rico.  “El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.”  Ecl.5:10.

Padre, ser pobre es un estado mental, es una creencia.  Tú nos has diseñado para ser ricos, pues nos has dado talentos, destrezas, conocimiento, inteligencia y ciencia; sentimientos para amar y darnos a los demás.  Soy realmente rico cuando a Ti te tengo, tengo a los míos y puedo amar y servir.  Cuando soy agradecido contigo por lo que tengo y me das, cuando no codicio más; en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón.  Feliz día en el Señor. 

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