sábado, 3 de agosto de 2019

Para que podamos también nosotros consolar


¿Por qué debemos de consolar a otros?
Porque Dios nos ha consolado a nosotros: “Le preguntaron al maestro Gaudencio, por qué razón siempre tenía palabra de Dios para todos aquellos que necesitaban consolación. Él así respondió: “Conozco el tormento y la ebullición de mis emociones. Bien que me acuerdo cuando, lleno de resentimientos y dolor; de dependencia emocional y auto conmiseración navegaba en un mundo oscuro y sin poder ver el sol. Pero, conocí al Señor y ya todo cambió, escuché a otros que expusieron su dolor y de cómo Jesucristo completamente los sanó. Por eso hoy yo estoy presto, para llevar esa palabra de consolación a quien padece al respecto” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Damos consolación porque recibimos consolación”. 02-07-2019.

Qué difícil, doloroso e imposible es, caminar por este mundo afectado y dañado sin recibir poderosa palabra de consuelo y esperanza. Yo no puedo pasar desapercibidas a las personas desconocidas o conocidas que sufren callada, quieta y escondidamente. Muchas veces aún conociendo al Señor nos perdemos fácilmente en el dolor, el llanto y la desesperación. Pero, ahí estamos aquellos que hemos recibido de Dios sanidad, por medio de otros que nos han sabido dar esa palabra que ha calado profundamente, para sacarnos de ese pozo. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.” 1Cor.1:3-4.

Padre bendito, ´Tú me has dado esas palabras de vida que a mí han llegado en ese lenguaje tuyo, que es el lenguaje del corazón, para traerme paz, sanidad y consolación. Hazme hoy un instrumento de tu amor, para llevar a otros ese mensaje poderoso de amor, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón.

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