¿Dónde nacen las
acciones malvadas?
De las envidias,
rivalidades, del egocentrismo: “El gran problema entre nosotros, es el
síndrome del yo-yo. Donde quieras que
lances las propuestas, sugerencias y aportaciones al final todo te beneficia a
ti, todo es “Sólo para mí”. El síndrome
del yo-yo es padre de la conmiseración, la autocompasión y la auto-absorción. Lloras por todo, de todo te quejas, te
sientes siempre la “víctima”, todo te molesta; porque quieres succionar personas,
situaciones y privilegios. Nos convertimos
en los “hoyos negros” de la familia, amigos, del trabajo y del colegio. ¿El síndrome del yo-yo tiene hijas? Sí, son las rivalidades y las envidias. ¿Tiene algún fruto esta acción? Claro, acciones malvadas y confusión”—expuso el
sabio Gaudencio a la congregación.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “¿Cómo
nacen las acciones malvadas? Por
envidias y rivalidades expresadas” 1-08-2017.
La
envidia, ese sentimiento nacido de ser un egocéntrico, es la gestora de
rivalidades entre las personas. A través
de ella se planifican toda clases de acciones malvadas. Es un problema esencial, que expresa la
naturaleza humana caída y nos trae tantos problemas sociales vivenciales. Es la más fuerte de las idolatrías, pues se
manifiesta en egolatría. Sólo puede ser
resuelta cuando adoramos a nuestro Señor, a nuestro Rey y Dios; Jesucristo
nuestro amado Salvador. “Porque donde
hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones
malvadas.” Sgo.3:16 (NVI).
No hay comentarios:
Publicar un comentario