¿En qué se
caracteriza seguir a Jesucristo?
En dejarlo todo y
seguirlo: “El
maestro llevó al discípulo cerca de un lago.
-Hoy te voy a enseñar lo que significa la verdadera devoción -dijo. Le pidió al discípulo que se metiera con él
en el lago, y tomando la cabeza del joven, la hundió debajo del agua. Pasó el
primer minuto. A mitad del segundo minuto, el joven ya se debatía con todas sus
fuerzas para librarse de la mano del maestro y poder salir a la superficie. Al final del segundo minuto el maestro lo
soltó. El joven, con el corazón descontrolado, se levantó, jadeando. -¡Usted quiere matarme! -gritaba. El maestro
esperó a que se calmara, y le dijo: -No deseaba matarte. Quería nada más saber lo que sentiste
mientras estuviste debajo del agua. -¡Sentí que me moría! ¡Todo lo que deseaba
en la vida era respirar un poco de aire! -Es exactamente eso. La verdadera
devoción sólo aparece cuando no tenemos más que un deseo, y si no podemos
realizarlo, morimos.” Paulo Coelho; “Reflexiones Diarias”; “EL
DESEO DEBE DE SER FUERTE”; pág.85.
¿Qué
es más valioso que la propia vida?
Nada. Pero sí alguien:
Jesucristo. Por eso el llamado implica
el ser capaz de dejarlo todo por seguir a Cristo. Todo: bienes, parentela, planes personales,
etc. Porque lo que vas a hacer (para el
Reino de Dios), y a quien vas a seguir (a Cristo el Señor) es mucho más valioso
de lo que tenemos y estábamos realizando.
Hace veinte años mi familia y yo recibimos ese llamado y lo dejamos todo
atrás. Por eso algunos estamos en Cedro
Galán, otros en Guatemala y en Birmingham.
Y otros más en Managua. “Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le
dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y
tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.” Mr.10:21.
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